DE POSIBILIDADES HABLAMOS
En los sugestivos e imponentes espacios de la vida, uno, un
arsenal de posibilidades que se abren entre las ruidosas olas y las sensaciones
de estar siendo mecidos por la voluntad creadora del profundo Amor, que desde
el centro de la galaxia nos propone replantearnos aspectos, signos y símbolos
prácticos, ecos heredados de un pasado que duerme en la memoria del espíritu.
Cuántas veces caminamos por una senda indiferentes, sin ver al hermano que no nos ve, en un mundo conmovido, asfixiado por las guerras, la violencia; una vitrina única del lenguaje representado del mundo contemporáneo. El replantearnos nuestra naturaleza, la ignorancia del acto divino en la que está enmarcada, nos propone aprender a “pensar con los sentidos, sentir con la mente…” Abrirnos a las posibilidades sensoriales proyectándonos, a descubrir lo esencial del ser, que con pasos de incertidumbre anda entre dudas, buscándose para poder hallar en sí mismo las horas tiernas, las luminosas, para crear un porvenir. Así, dejar de “ver aquello que miran pero no ven, caminan pero no viven”.
“Buscan lo que buscamos, la esperanzada razón de ser”, así reza una canción. Un pensador decía: “Tengo la reconfortante sensación e idea de que aún en los sueños rescatamos el mensaje del espíritu. Por ello, se puede hacer el bien soñando hacer el bien”… Así lo siento y creo.
La propuesta busca una vez más reflexión, apertura, comprensión que nos permita recorrer en paz e integración este tramo signado por el dolor, un dolor que tenemos que sentir que ha sido un medio para purificar la senda del caminante.
”La misión es recordar. Al final, descubrirán que el verdadero contacto es con ustedes mismos" , dicen los guías. Quizás se trate de recordar un camino, una senda que nos conduzca por nuestro corazón abierto a lo profundo de nuestro ser, para ser. Para aprender a aprender, para desaprender de una “cultura” que nos quitó integración, respeto, amor al prójimo, amor a la belleza de la vida y su cometido. Ser felices y vivir en paz.
Para que ello suceda, tenemos que aceptar, comprobar nuestra imagen benigna reflejada en el hermano que puedes ser… ¡tu! Ese luminoso día por respeto seremos como nos veremos: iguales, hermanos en la paz del Bien Amado.
Que Dios los bendiga.
Carlitos
Cuántas veces caminamos por una senda indiferentes, sin ver al hermano que no nos ve, en un mundo conmovido, asfixiado por las guerras, la violencia; una vitrina única del lenguaje representado del mundo contemporáneo. El replantearnos nuestra naturaleza, la ignorancia del acto divino en la que está enmarcada, nos propone aprender a “pensar con los sentidos, sentir con la mente…” Abrirnos a las posibilidades sensoriales proyectándonos, a descubrir lo esencial del ser, que con pasos de incertidumbre anda entre dudas, buscándose para poder hallar en sí mismo las horas tiernas, las luminosas, para crear un porvenir. Así, dejar de “ver aquello que miran pero no ven, caminan pero no viven”.
“Buscan lo que buscamos, la esperanzada razón de ser”, así reza una canción. Un pensador decía: “Tengo la reconfortante sensación e idea de que aún en los sueños rescatamos el mensaje del espíritu. Por ello, se puede hacer el bien soñando hacer el bien”… Así lo siento y creo.
La propuesta busca una vez más reflexión, apertura, comprensión que nos permita recorrer en paz e integración este tramo signado por el dolor, un dolor que tenemos que sentir que ha sido un medio para purificar la senda del caminante.
”La misión es recordar. Al final, descubrirán que el verdadero contacto es con ustedes mismos" , dicen los guías. Quizás se trate de recordar un camino, una senda que nos conduzca por nuestro corazón abierto a lo profundo de nuestro ser, para ser. Para aprender a aprender, para desaprender de una “cultura” que nos quitó integración, respeto, amor al prójimo, amor a la belleza de la vida y su cometido. Ser felices y vivir en paz.
Para que ello suceda, tenemos que aceptar, comprobar nuestra imagen benigna reflejada en el hermano que puedes ser… ¡tu! Ese luminoso día por respeto seremos como nos veremos: iguales, hermanos en la paz del Bien Amado.
Que Dios los bendiga.
Carlitos
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